Salmo 56
Oh Dios, ten misericordia de mí, porque la gente me acosa. Mis enemigos me atacan todo el día. Los que me calumnian no dejan de acosarme, y muchos me atacan descaradamente. Pero cuando tenga miedo, en ti pondré mi confianza. Alabo a Dios por lo que ha prometido. En Dios confío, ¿por qué habría de tener miedo? ¿Qué pueden hacerme unos simples mortales? Siempre tergiversan lo que digo; se pasan el día tramando cómo hacerme daño. Se juntan para espiarme, vigilan cada paso que doy, ansiosos de matarme. No permitas que estos malvados se salgan con la suya; en tu enojo, oh Dios, derríbalos. Tú llevas la cuenta de todas mis angustias y has juntado todas mis lágrimas en tu frasco; has registrado cada una de ellas en tu libro. Mis enemigos emprenderán la retirada cuando yo clame a ti por ayuda. Una cosa sé: ¡Dios está de mi lado! Alabo a Dios por lo que ha prometido; sí, alabo al Señor por lo que ha prometido. En Dios confío, ¿por qué habría de tener miedo? ¿Qué pueden hacerme unos simples mortales? Cumpliré los votos que te hice, oh Dios, y ofreceré un sacrificio de gratitud por tu ayuda. Pues me rescataste de la muerte; no dejaste que mis pies resbalaran. Así que ahora puedo caminar en tu presencia, oh Dios, en tu luz que da vida.
Salmos 56:1-13 NTV
Mientras meditaba en este salmo El Señor traía a mi mente el momento en que Jesús se presentó ante las autoridades que tenían el poder de crucificarlo o soltarlo pero El guardo silencio en la mayoría de las ocaciones, Jesús sabía que estaba completamente solo, injustamente acusado, próximo a morir en una Cruz y con la certeza que estaba cumpliendo un propósito eterno. El tenía una comunión íntima con El Padre, lo amaba a El y a nosotros hasta la muerte. El silencio fue parte de su posición de humildad, el no se resistió, el no peleó, el no se defendió; El fue obediente.
Tanto David como Jesús estaban pasando momentos muy difíciles pero su confianza en Dios los sostuvo y obtuvieron la victoria por su fe inquebrantable hasta el final.
Hebreos 11:6 dice: "De hecho, sin fe es imposible agradar a Dios. Todo el que desee acercarse a Dios debe creer que él existe y que él recompensa a los que lo buscan con sinceridad."
Debemos cultivar la fe todo el tiempo, escuchando la palabra, pidiéndole una nueva medida al señor, porque una fe pura será lo que nos sostendrá en tiempos difíciles. Muchos no reciben de Dios porque no saben pedir dice su palabra »Sigue pidiendo y recibirás lo que pides; sigue buscando y encontrarás; sigue llamando, y la puerta se te abrirá. Pues todo el que pide, recibe; todo el que busca, encuentra; y a todo el que llama, se le abrirá la puerta.
Mateo 7:7-8 NTV
La clave es hacerlo con fe porque es la única manera en que Dios puede escucharte Santiago 1:6-8 Cuando se la pidan, asegúrense de que su fe sea solamente en Dios, y no duden, porque una persona que duda tiene la lealtad dividida y es tan inestable como una ola del mar que el viento arrastra y empuja de un lado a otro. Esas personas no deberían esperar nada del Señor; su lealtad está dividida entre Dios y el mundo, y son inestables en todo lo que hacen.
Aún en momentos difíciles tanto David como Jesús apartaron la duda de su corazón, se pararon firmes en la verdad y en la confianza en el Señor. Nada los detuvo de cumplir su propósito y los dos fueron recompensados por El Padre. Su obediencia, fe, perseverancia hasta el final logro que muchos fueran influenciados por la vida de David y que la salvación nos alcanzará a todos gracias a Jesús.
Que parte de tu corazón está dividida, dónde estás dudando? Entregarle esas áreas dónde falta una nueva medida de Fe y deja que el Espíritu Santo te llene de ella; podrás cambiar de perspectiva, recibir libertad, cumplir tu propósito en la tierra y agradar a Dios; tu relación con El crecerá y tus oraciones tendrán pronta respuesta. Cuando Jesús regresé a la tierra vendrá a buscar fe. Que el mundo, las heridas, la falta de perdón, el pecado, la iniquidad, las ofensas no apaguen tú fe y Jesús te encuentre listo.
Oremos con el Salmo 56
Padre Celestial vinimos a ti acudiendo a tu misericordia como lo oro David en momentos difíciles. Hoy oramos para que en tiempos difíciles nuestra confianza este en ti, nuestra fe sea renovada. Sana los corazones Señor de toda incredulidad, de toda división en la lealtad; restaura la confianza, la.fidelidad a ti. Regalamos una nueva medida de fe para creer que las puertas se abren, que lo que te pedimos lo recibimos, que cuando llamamos tu nos escuchas. Hoy renunciamos a la duda y a todo lo que divida nuestro corazón. Te pedimos nos llenes de tu presencia que tú Espíritu Santo nos reveles todo verdad que has escuchado del Padre y de Jesús. Queremos conocer la verdad que nos hace libres, que remueve las vendas, que sana los miedos, que limpia las ofensas, el dolor, las heridas, las desiluciones.
Espíritu Santo llenamos de ti, confiamos en la luz de tu presencia que nos da vida, que nos ministra con tu amor. Nuestra confianza está en ti. Renunciamos al temor. No tendremos temor de malas noticias porque tu nos fortaleces. Hoy renunciamos a diagnósticos pronósticos de enfermedades, virus, infecciones y creemos en tu poder sanador que lo entregaste en la cruz. Hablamos vida sobre nuestra casa, nuestra familia, nuestros amigos y aún sobre quienes nos persiguen y no nos aman.
En el nombre de Jesús recibimos una nueva medida de Fe.
Amen