Salmo 57
¡Ten misericordia de mí, oh Dios, ten misericordia! En ti busco protección. Me esconderé bajo la sombra de tus alas hasta que haya pasado el peligro. Clamo al Dios Altísimo, a Dios, quien cumplirá su propósito para mí. Él mandará ayuda del cielo para rescatarme, y avergonzará a los que me persiguen. Interludio Mi Dios enviará su amor inagotable y su fidelidad. Me rodean leones feroces que con avidez devoran a sus presas humanas; sus dientes penetran como lanzas y flechas, y sus lenguas cortan como espadas. ¡Exaltado seas, oh Dios, por encima de los cielos más altos! Que tu gloria brille sobre toda la tierra. Mis enemigos me tendieron una trampa; estoy cansado de tanta angustia. Cavaron un pozo profundo en mi camino, pero ellos mismos cayeron en la trampa. Interludio Mi corazón está confiado en ti, oh Dios; mi corazón tiene confianza. ¡Con razón puedo cantar tus alabanzas! ¡Despiértate, corazón mío! ¡Despiértense, lira y arpa! Con mi canto despertaré al amanecer. Te daré gracias, Señor, en medio de toda la gente; cantaré tus alabanzas entre las naciones. Pues tu amor inagotable es tan alto como los cielos; tu fidelidad alcanza las nubes. Exaltado seas, oh Dios, por encima de los cielos más altos; que tu gloria brille sobre toda la tierra.
Salmos 57:1-11 NTV
La confianza de David en Dios lo llevo a descansar en El porque sabía hasta donde llegaban sus fuerzas y dónde empezaban las de Dios para protegerlo, sostenerlo y defenderlo. El sabía refugiarse bajo las alas del altísimo y buscar la presencia de Dios, arrepentirse de sus pecados y encontrar los tiempos de refrigerio.
Hechos 3:19-20 es bien claro en darnos la manera de descansar en Dios y ser fortalecidos. Ahora pues, arrepiéntanse de sus pecados y vuelvan a Dios para que sus pecados sean borrados. Entonces, de la presencia del Señor vendrán tiempos de refrigerio y él les enviará nuevamente a Jesús, el Mesías designado para ustedes.
David vivió muchas batallas, persecusiones, enfermedades, traiciones pero supo arrepentirse por sus pecados, volver a la presencia del Señor y recibir de El tiempos de refrigerios.
Estamos entrando en un tiempo muy especial y si tú lo crees verás la gloria de Dios en tu vida. El Señor nos está visitando pero tenemos que disernir su visitación. Hoy El señor nos está hablando »¡Mira! Yo estoy a la puerta y llamo. Si oyes mi voz y abres la puerta, yo entraré y cenaremos juntos como amigos.Apocalipsis 3:20 NTV Abramos nuestro corazón, dejemos de un lado el ruido del mundo, las voces de los hombres, el deseo de complacerte a ti y a los demás, las malas noticias, el dolor, la falta de perdón, la ansiedad, las cargas, la tristeza y todo lo que impida que entres en el descanso del Señor.
Luego dijo Jesús: «Vengan a mí todos los que están cansados y llevan cargas pesadas, y yo les daré descanso. Pónganse mi yugo. Déjenme enseñarles, porque yo soy humilde y tierno de corazón, y encontrarán descanso para el alma. Pues mi yugo es fácil de llevar y la carga que les doy es liviana».
Mateo 11:28-30 NTV
Es por fe que entras a los tiempos de refrigerio, de visitación y descanso. David conocía esos tiempos donde solo le quedaba rendirse en adoración y ser fortalecidos por el Señor.
Oremos con el Salmo 57
Padre perdonanos, hoy nos arrepentimos de nuestros pecados, venimos entrando a los nuevos tiempos de refrigerio que tú tienes para nosotros, tiempos de liberación, de descanso, de gratitud, de visitación. Hoy reconocemos que el amor que tienes por nosotros es muy grande y tu deseo por estar con nosotros mayor que el que nosotros podamos discernir. Te amamos, enamoranos más de ti, enséñanos a descansar como David lo hizo en tu presencia, poderte adorar, contemplar, y anhelar tener tu corazón manzo y humilde, tierno y lleno de amor. Señor tu nos dejas muy claro que el que te ama te obedece y sobre todas las cosas tu anhelas que nos amemos unos a otros como tú nos amas. Regalamos de ese amor que no podemos entender humanamente para amar aún a aquellos que nos han hecho daño, nos rechazan, nos desean el mal. Trae unidad a la tierra, a las naciones, a la iglesia. Sabemos que en el mundo tendremos aflicción pero confiamos en que tu has vencido al mundo. Recibimos tu paz que guarda nuestras mentes y corazón. Entramos en tu descanso con alabanza, adoración. Te daremos gracias, Señor, en medio de toda la gente; cantaremos tus alabanzas entre las naciones. Pues tu amor inagotable es tan alto como los cielos; tu fidelidad alcanza las nubes. Exaltado seas, oh Dios, por encima de los cielos más altos; que tu gloria brille sobre toda la tierra.
En el nombre de Jesús!
Amen.
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