Salmo 36
Dice el pecador: «Ser impío lo llevo en el corazón». No hay temor de Dios delante de sus ojos. Cree que merece alabanzas y no halla aborrecible su pecado. Sus palabras son inicuas y engañosas; ha perdido el buen juicio y la capacidad de hacer el bien. Aun en su lecho trama hacer el mal; se aferra a su mal camino y persiste en la maldad. Tu amor, Señor , llega hasta los cielos; tu fidelidad alcanza las nubes. Tu justicia es como las altas montañas; tus juicios, como el gran océano. Tú, Señor , cuidas de hombres y animales; ¡cuán precioso, oh Dios, es tu gran amor! Todo ser humano halla refugio a la sombra de tus alas. Se sacian de la abundancia de tu casa; les das a beber de tu río de deleites. Porque en ti está la fuente de la vida, y en tu luz podemos ver la luz. Extiende tu amor a los que te conocen, y tu justicia a los rectos de corazón. Que no me aplaste el pie del orgulloso, ni me desarraigue la mano del impío. Vean cómo fracasan los malvados: ¡caen a tierra, y ya no pueden levantarse!
Salmo 36:1-12 NVI
La esperanza es la plena confianza de que algo sucederá, alguien me cuidara y lo que me ha prometido lo cumplirá. Solamente Jesús puede ser esperanza sin equivocarse y sin fallarnos!
Este salmo nos habla de 4 características de Dios que nos dan esperanza:
1. Su amor: inagotable y tan inmenso como los cielos. Su amor limpia multitud de pecados, su amor nos reconcilia, nos une, nos transforma, nos cambia, nos libera, nos confronta, nos disciplina, nos acerca a El. Que hermoso es el amor de Dios!
2. Su fidelidad: sobrepasa las nubes. Nosotros podemos fallar, ser infieles pero El permanece fiel para siempre. Podrás encontrarlo una y otra ves a tu lado levantándote, ayudándote, perdonandote, amándote!
3. Su justicia: cómo las poderosas montañas. David comparaba los atributos de Dios con lo que veía. Su justicia su rectitud la comparaba a algo muy grande. Los Montes lugares altos dónde a la vista el cielo y la tierra se tocan. Que venga tu reino de Justicia, paz y gozo a nuestra tierra y se haga tu voluntad en la tierra como el cielo. Que tu rectitud y tu justicia tan poderosa como un monte toquen nuestra tierra y seamos transformados por el Dios de Justicia!
4. Sus juicios: como el gran océano. No podemos conocer la profundidad del mar de la misma manera los juicios de Dios son comparados a él por lo maravillosamente profundos y la capacidad que tienen para cambiar personas, naciones, territorios y volverlos al Señor. Dice su palabra en Santiago 2:13 Porque juicio sin misericordia se hará con aquel que no hiciere misericordia; y la misericordia triunfa sobre el juicio.
Cambiemos nuestro corazón y clamamos a la misericordia de Dios para que se haga justicia y Dios nos libre del juicio!
Oremos con el salmo 36
Señor te adoramos, te amamos, eres el más hermoso de los hijos de los hombres!
Eres nuestro Padre, eres nuestro Rey, eres nuestro Señor, eres nuestro salvador.
Hoy venimos reconociendo tu poder y clamando tu misericordia, tu compasión, tu amor inagotable que llega hasta los cielos, llenanos de el para que tratemos a otros de la manera que tu lo haces con nosotros, que tu amor y misericordia sean extendidos por toda la tierra.
Enséñanos a ser fieles como tú, justos como tú.
Tú, Señor , cuidas de hombres y animales; ¡cuán precioso, es tu gran amor! Todo ser humano halla refugio a la sombra de tus alas. Accedemos a la abundancia que hay en tu casa y a los ríos de tu presencia en ti está la fuente de la vida, y en tu luz podemos ver la luz. Abre nuestros ojos espirituales extiende nuestra mirada a los Montes de dónde viene nuestro socorro, que podamos ver qué son más los que están con nosotros que los que están contra nosotros. Queremos conocerte cada día más para que se extienda tu amor hacia nosotros, anhelamos un corazón recto para acceder a tu justicia. Alejamos del orgullo no permitas que toque nuestra vida, cerramos toda puerta donde el enemigo tenga acceso a nosotros. Regalamos la victoria en cada batalla. El gozo de tu salvación será nuestra fortaleza!
En el nombre de Jesús!
Amen.
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