Dios mío, ten compasión de nosotros y danos tu bendición. Míranos con alegría y muéstranos tu amor; así todas las naciones del mundo conocerán tus enseñanzas y tu poder para salvar. Dios mío, ¡que te alaben los pueblos! ¡Que todos los pueblos te alaben! ¡Que todas las naciones se alegren y canten llenas de felicidad! Tú gobiernas a los pueblos con justicia; ¡tú guías a las naciones de la tierra! Dios mío, ¡que te alaben los pueblos! ¡Que todos los pueblos te alaben! La tierra dará grandes cosechas, y tú nos bendecirás. Sí, tú nos bendecirás; a ti te alabarán los más lejanos países de la tierra.
Sal 67:1-7 TLA
El amor de Dios es infinito y nunca terminaremos de entenderlo porque va más lejos de nuestro conocimiento humano.
Hoy compartí con Celeste y Benja 1 Corintios 13, uno de mis capitulos favoritos de la biblia y meditaba con ellos en lo mucho que necesitamos el amor de Dios para todo. Los dos reconocieron que la paciencia es fundamental para poder amar y lo mucho que la necesitaban.
El que ama tiene paciencia en todo, y siempre es amable. El que ama no es envidioso, ni se cree más que nadie. No es orgulloso. No es grosero ni egoísta. No se enoja por cualquier cosa. No se pasa la vida recordando lo malo que otros le han hecho.
1 Co 13:4-5 TLA
Cuando Dios muestra su amor deja de pensar en El y pone toda su atención en nosotros. El mundo tiene deficiencia de amor y abundancia de egoísmo. Tenemos que cambiar el enfoque y aprender a amar correctamente. Perdonar, sanar las ofensas, limpiar nuestro corazón para que Dios pueda derramar su amor en nosotros y llevarlo a cada rincón de la tierra.
Solo cuando nosotros entendamos lo importante que es dejarnos amar por Dios podremos amar al otro a pesar de sus defectos, errores y fallas por qué el Amor que viene de Dios borra multitud de faltas. Veremos un mundo diferente.
El amor y la verdad es lo único que permanecerán para siempre!
Sino tenemos amor nada somos y perdemos el rumbo, la identidad, la verdad, el futuro.
Tenemos que recuperar todo lo que el engaño nos robó, que la verdad de Jesús alumbre nuestros corazones, despierte a quien duerme y rompa toda dureza en el corazón que le da lugar al egoísmo, la división, la enfermedad, el temor, el odio, el orgullo, el dolor, la ofensa, la venganza y tantas cosas que contaminan y deterioran la vida abundante que recibimos por el gran amor que Jesús nos Dios al morir en una cruz.
Oremos con el salmo 67
Precioso Padre Celestial hoy venimos a tu presencia para recibir tu amor inagotable, ese amor que es paciente, amable, que no es envidioso, orgulloso, egoísta. Limpia nuestro corazón y purificados necesitamos ser un odre nuevo donde tú puedas depositar ese amor líquido que derramaste en la Cruz. Nada se compara a ese amor. Hoy reconocemos la necesidad que tenemos de ti en nuestra vida, familia, en las naciones oramos para que muchas personas puedan conocer tus enseñanzas y tú poder para salvar. Que las naciones se alegren y canten llenas de felicidad.
Señor tú gobiernas a los pueblos con justicia; ¡tú guías a las naciones de la tierra!
Oramos por las grandes cosechas que dará la tierra en el tiempo que está por venir, por una cosecha de almas llenas de tu amor; hombres y mujeres llenos de tu espíritu Santo. Derrama tu bendición ten misericordia de nosotros.
Amen
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