Salmo 49
Y.¡Escúchenme ustedes, pueblos que habitan este mundo! Y ustedes, gente pobre y humilde; y ustedes, gente rica y poderosa, ¡préstenme atención! No solo voy a hablarles como habla la gente sabia , sino que expresaré mis ideas con la mayor inteligencia. Voy a decirles una adivinanza, y mientras toco el arpa les diré de qué se trata. ¿Por qué voy a tener miedo cuando lleguen los problemas? ¿Por qué voy a tener miedo cuando me ataquen mis enemigos? ¡No tengo por qué temerles a esos ricos orgullosos que confían en sus riquezas! Ninguno de ellos es capaz de salvar a otros; ninguno de ellos tiene comprada la vida. La vida tiene un precio muy alto: ¡ningún dinero la puede comprar! No hay quien viva para siempre y nunca llegue a morir. Mueren los sabios, y mueren los necios. ¡Eso no es nada nuevo! Al fin de cuentas, sus riquezas pasan a otras manos. Podrán haber tenido tierras, y haberlas puesto a su nombre, pero su hogar permanente será tan solo la tumba; ¡de allí no saldrán jamás! Puede alguien ser muy rico, y no vivir para siempre; al fin le espera la muerte como a cualquier animal. Esto es lo que les espera a quienes confían en sí mismos; en esto acaban los orgullosos. Su destino final es el sepulcro; la muerte los va llevando como guía el pastor a sus ovejas. En cuanto bajen a la tumba, abandonarán sus antiguos dominios. El día de mañana los justos abrirán sus tumbas y esparcirán sus huesos. ¡Pero a mí, Dios me librará del poder de la muerte, y me llevará a vivir con él! Tú no te fijes en los que se hacen ricos y llenan su casa con lujos, pues cuando se mueran no van a llevarse nada. Mientras estén con vida, tal vez se sientan contentos y haya quien los felicite por tener tanto dinero; pero al fin de cuentas no volverán a ver la luz; morirán como murieron sus padres. Puede alguien ser muy rico, y jamás imaginarse que al fin le espera la muerte como a cualquier animal.
Salmos 49:1-20 TLA
Hoy lei este salmo con mis hijos Celeste y Benjamin y les hice unas cuantas preguntas que quiero compartirte
Que harías si tuvieran muchas riquezas?
Serías más feliz?
Los dos coincidieron en compartir sus riquezas con personas que lo necesitaran nunca pensaron en ellos, ni expresaron deseos egoístas, serian igual de felices, la vida no se puede comprar con dinero. Por último compartieron cada uno una historia que recordaron mientras leímos el salmo.
Celeste pensó en la Historia del Hombre rico que habla Marcos 10:17-3
Había un hombre muy rico que le pregunto a Jesús que debía hacer para tener la vida eterna y Jesús le dijo cumple los mandamientos, ya lo hice dijo el. Luego Jesús le dijo vende todo y se lo das a los pobres pero el joven se puso muy triste porque era muy rico. Y Benja compartió la historia de la Mujer viuda que lo dió todo en Lucas 21
Una vez Jesús estaba cerca del lugar donde las personas llevaban sus ofrendas había una persona que era muy rico y puso allí lo que le sobraba y luego Había una mujer viuda muy pobre que lo dió todo. Jesús dijo a sus discípulos que la mujer fue la que dió más por qué ella dió todo lo que tenía a Dios. Dos historias que le dan profundidad a este salmo y lo complementan.
Está bien tener riquezas y hacer nuestra parte para mejorar nuestra calidad de vida pero esa no debe ser nuestra única meta ni felicidad.
Una persona con un corazón dividido tiene su interés en las riquezas como prioridad y muchas veces ese interés va por encima de agradar y obedecer a Dios. Tenemos que tener mucho cuidado en este tiempo, la codicia y la ambición están llevando a muchos por un mal camino. Dios quiere bendecinos y prosperarnos en todas las areas como prospera nuestra alma porque para El lo importante es nuestra salvación.
Oremos con el salmo 49
Señor Jesús ayúdanos a no poner nuestro mirada en las riquezas que no sean nuestra meta más importante. Que tu seas nuestra prioridad. Ayúdanos a tener un corazón correcto puro como el de un niño que siempre piense en los demás para compartir lo las.riquezas que nos confíes sabemos que tu nos quieres prosperar en todas las áreas como prósperas nuestra alma pero que podamos tener las motivaciones correctas. Remueve toda codicia, avaricia, egoísmo de nuestro corazón que podamos como la viuda entregártelo todo en tus manos porque sabemos que de tu recibiremos vida eterna. Nuestra vida no tiene precio y no se puede comprar con todo el dinero del mundo.
Dice proverbios 23:4-5 No hagas de las riquezas tu única meta en la vida, pues son como las águilas: abren las alas y salen volando. Si acaso llegas a verlas, muy pronto desaparecen.
Ayúdanos a confiar en ti y a recibir tus bendiciones. Sabemos que nunca podremos servir a dos señores remueve todo ídolo d encuentra vida que podamos servirte solo a ti.
Te amamos.
Amen.
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