Salmo 30
Dios mío, yo alabo tu grandeza porque me salvaste del peligro, porque no dejaste que mis enemigos se burlaran de mí. Mi Señor y Dios, te pedí ayuda, y me sanaste; ¡me salvaste de la muerte! Estaba a punto de morir ¡y me libraste de la tumba! Ustedes, los que aman a Dios, alábenlo y cántenle himnos. Cuando Dios se enoja, el enojo pronto se le pasa; pero cuando ama, su amor dura toda la vida. Tal vez lloremos por la noche, pero en la mañana estaremos felices. Yo vivía tan tranquilo que hasta llegué a pensar que jamás fracasaría. Tú, mi Dios, en tu bondad, me habías puesto en lugar seguro, pero me diste la espalda y me quedé lleno de espanto. Dios mío, te estoy llamando; escucha mis ruegos. ¡Nada ganas con mi muerte! ¡Nada ganas con verme en la tumba! ¡Los muertos no pueden alabarte ni hablar de tu verdad! Mi Señor y Dios, ¡escúchame y tenme compasión! ¡No me niegues tu ayuda! Tú cambiaste mi tristeza y la convertiste en baile. Me quitaste la ropa de luto y me pusiste ropa de fiesta, para que te cante himnos y alabe tu poder. Mi Señor y Dios, no puedo quedarme callado, por eso siempre te alabaré.
Salmos 30:1-12 TLA
Tenemos que mantener nuestra dependencia en Dios El es quien nos proteje, sustenta, levanta y fortalece.
Las pruebas vienen a darnos muchos regalos, nos enseñan a reconocer la necesidad que tenemos de Dios y a buscarlo constantemente por medio de la oración. En los momentos difíciles somos vulnerables y rápidamente nuestra mirada, en la mayoría de los casos, se dirige al cielo de donde siempre viene ayuda. Los tiempos más especiales y profundos con Dios los vivirás cuando reconozcas tu completa dependencia de El. Proverbios 16:16 dice La sabiduría y el entendimiento valen más que el oro y la plata.
Dios le da sabiduría al que la necesita! Una persona sabía e inteligente es quien encuentra la solución a cualquier problema. Salen rápido de las pruebas porque confían en Dios y en su respuesta.
El principio de la sabiduría es el temor, el respeto a Dios y creo que se refiere a darle el primer lugar, esa persona tendrá sabiduría y rápidamente saldrá de cualquier problema.
Volvamos nuestra mirada a Dios!
Oremos con el salmo 30
Dios mío, alabamos tu grandeza porque nos has salvado del peligro una y otra vez. Te hemos pedido ayuda y nos has sanado, liberado, protegido, restaurado Cuantas veces aún sin darnos cuenta tu nos has salvado de la muerte, gracias Señor por siempre estar al cuidado de nosotros. Te alabamos y adoramos porque te amamos. Señor sabemos que el enojo pronto se te pasa; pero tu amor dura toda la vida. Hoy recibimos ese amor! Tal vez lloremos por la noche, pero en la mañana estaremos felices por qué tú estás con nosotros todo el tiempo. Gracias por tu bondad, por ponernos en lugares seguros, ayúdanos en momentos difíciles, en las pruebas, cuando estamos sin salida. Oramos para que nos des sabiduría e inteligencia espiritual que vale mas que el oro y la plata para salir pronto de toda dificultad y tomar las mejores decisiones.
Mi Señor y Dios, ¡escuchanos y ten compasión de nosotros.
Cambia nuestra tristeza y conviertela en baile. Quitamos la ropa de luto, de tristeza y vistenos de alegria, para adorarte y alabarte por siempre.
Te amamos!
Amen.
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