Salmo 42
Como el ciervo brama por las corrientes de las aguas, Así clama por ti, oh Dios, el alma mía. Mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo; ¿Cuándo vendré, y me presentaré delante de Dios? Fueron mis lágrimas mi pan de día y de noche, Mientras me dicen todos los días: ¿Dónde está tu Dios? Me acuerdo de estas cosas, y derramo mi alma dentro de mí; De cómo yo fui con la multitud, y la conduje hasta la casa de Dios, Entre voces de alegría y de alabanza del pueblo en fiesta. ¿Por qué te abates, oh alma mía, Y te turbas dentro de mí? Espera en Dios; porque aún he de alabarle, Salvación mía y Dios mío. Dios mío, mi alma está abatida en mí; Me acordaré, por tanto, de ti desde la tierra del Jordán, Y de los hermonitas, desde el monte de Mizar. Un abismo llama a otro a la voz de tus cascadas; Todas tus ondas y tus olas han pasado sobre mí. Pero de día mandará Jehová su misericordia, Y de noche su cántico estará conmigo, Y mi oración al Dios de mi vida. Diré a Dios: Roca mía, ¿por qué te has olvidado de mí? ¿Por qué andaré yo enlutado por la opresión del enemigo? Como quien hiere mis huesos, mis enemigos me afrentan, Diciéndome cada día: ¿Dónde está tu Dios? ¿Por qué te abates, oh alma mía, Y por qué te turbas dentro de mí? Espera en Dios; porque aún he de alabarle, Salvación mía y Dios mío.
Salmos 42:1-11 RVR1960
La sed es un mecanismo esencial de regulación del contenido de agua en el cuerpo y uno de los primeros síntomas de deshidratación. Según Wikipedia.
Algunos síntomas de la deshidratación son: boca seca, fatiga o debilidad, irritabilidad, mareos, dolores de cabeza, sequedad de la piel.
De la misma manera como lo dice este salmo nuestra alma también tiene sed en muchas ocasiones y podría estar deshidratada.
Tomando la definición anterior de sed y los síntomas de deshidratación veamos algo importante en relación a nuestra alma.
1. Vida eterna: Jesús se encontró con una mujer que había fallado mucho "la samaritana" ella llego a sacar agua de un pozo para llevar a su casa. Su vida espiritual estaba deshidratada, seca por el pecado y fatigada por el sufrimiento, necesitaba del agua viva y la respuesta de Jesús fue hermosa: Mas el que bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás; sino que el agua que yo le daré será en él una fuente de agua que salte para vida eterna. Juan 4:14
Jesús es nuestra fuente de agua para vida eterna, así como está mujer nosotros necesitamos conocerlo más profundamente. Jesús conocía la vida de esta mujer en detalle y de la misma manera conoce la tuya. El ha visto tu sufrimiento, el conoce tus debilidades, pensamientos y pasado pero nunca lo usará para condenarte, El lo usará para sanarte, consolarte, perdonarte y darte vida eterna.
2. Su palabra escrita:
Jesús prepara a la Iglesia para su regreso purificandola con su palabra. Efesios 5:26-27 dice: Él la purificó, lavándola con agua mediante la palabra, para presentársela a sí mismo como una iglesia radiante, sin mancha ni arruga ni ninguna otra imperfección, sino santa e intachable. Necesitamos la palabra de Dios cómo agua para que nos sacie, nos purifique, nos limpie, nos quite toda mancha, arruga y sequedad que tenga nuestra alma. Jesús vino a remover: orgullo, soberbia, altivez, egoísmo, temores, inseguridades que podamos ignorar o desconocer en nuestra vida. Cuando tú búsqueda por el aumenta y reconoces que tienes sed de su presencia El hará su parte.
Oremos con el salmo 42
Hermoso Jesús venimos pidiéndote que nos des del agua de tu presencia para que nunca tengamos sed. Limpiamos con el agua de tu palabra para que toda mancha y arruga sea removida de nosotros.
Como el ciervo brama por las corrientes de las aguas, Así clama por ti nuestra alma ella tiene sed de ti, del Dios vivo;
Queremos estar en tu presencia todos los dias y presentarnos delante de ti para que tu nos cambies, sanes, limpies, purifiques y para que nuestra alma sea restaurada. Gracias Señor porque de día mandaras tu misericordia y de noche tus tus canciones de amor. En nuestra boca estará siempre una oración para ti. Anhelamos estar cerca de ti Queremos más de tu amor. Hoy decidimos conocerte más y profundizar en tu palabra, pasar tiempo contigo recibir tu vida eterna. Tu eres nuestra roca, nuestra fortaleza remueve hoy toda opresión que el enemigo quiera traer a nuestra vida. Hoy le decimos a nuestra alma Y por qué te turbas dentro de mí? Espera en Dios; porque aún he de alabarle, Salvación mía y Dios mío.
Te amamos!
Amen.
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